La industria de la construcción se ha vuelto cada vez más compleja y regulada.  Y con ello, sujeta a permisos, aprobaciones y controles de seguridad en el lugar de trabajo. Conforme la innovación continúa desafiando a la industria, los contratistas deben realizar un seguimiento de la actualidad y del futuro de su sector. De acuerdo a la demanda de los consumidores, operar de manera sostenible podría brindarle a una organización una ventaja competitiva. Pero hacerlo significa saber dónde se producen los residuos y llevar una buena gestión del reciclaje de materiales. 

¿Dónde se generan los residuos?

La generación de desperdicios en el sitio de obra es inevitable, incluso un proyecto pequeño puede producir cantidades importantes de desperdicios. Por ejemplo, de acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en 2018, Estados Unidos generó 600 millones de toneladas de escombros durante la construcción y demolición. Lamentablemente, este número sigue aumentando y podría llegar a los 2.200 millones de toneladas en 2025.

Estos residuos se producen durante los procesos de construcción, demolición, remodelación y restauración.

Para una mejor gestión del reciclaje de materiales, es esencial conocer donde se generan dichos residuos. Por ello, es necesario realizar regularmente auditorías exhaustivas de desechos. Dado que conocer los flujos de desechos de un edificio permite elegir los servicios de recolección de desechos necesarios de una manera óptima. Además, permite detectar áreas de preocupación u oportunidades de reciclaje y reutilización que no se observaron durante la planificación. Junto a los beneficios en coste y tiempo, las auditorías de desechos también ayudan a los equipos de construcción y a los contratistas a cumplir con las normativas.

Reciclaje de materiales

Según un informe reciente de la EPA, más del 75% de todos los desechos de la construcción (tejas de asfalto o arcilla, ladrillos o paneles de yeso y madera) terminan en vertederos. Cuando la reutilización de dichos materiales sería el método de eliminación más ecológico.

Considerando el gran volumen de material utilizado en la construcción, la reutilización y el reciclaje de componentes tiene un sentido lógico. La reutilización de materiales reduce tanto la demanda de nuevos recursos como costes relacionados con la producción y el transporte.

Reciclaje de materiales

Pero, ¿Qué materiales se pueden reciclar?

Hormigón y asfalto

Estos materiales constituyen el 85% de los desechos en la construcción y demolición en los Estados Unidos, de acuerdo a la EPA. Afortunadamente, se pueden triturar y reciclar como base para la construcción de caminos y senderos.

Paneles de yeso

Aproximadamente el 12% de los paneles de yeso se desperdicia o daña durante el proceso de instalación. Este material es uno de los mayores contribuidores al incremento de residuos. Sin embargo, pueden reciclarse en nuevos papeles para paneles de yeso o convertirse en enmiendas del suelo.

Basura orgánica

Los desechos de jardín y los restos de comida constituyen aproximadamente el 30% de la basura del lugar de trabajo. Por ello es importante que las empresas adopten un enfoque de jardinería verde reciclando los desechos del jardín. La hierba, las hojas y los restos de madera se pueden utilizar como abono orgánico en jardines y macizos de flores. 

Metal

Los metales utilizados se pueden fundir y reutilizar en nuevos productos metálicos o se pueden vender como chatarra. Además, los clavos y pernos también se pueden reutilizar. 

Plástico

De acuerdo a National Geographic el 91% del plástico no se recicla. En la construcción, los plásticos se utilizan generalmente para accesorios de interior, tuberías y estructuras. Estos se pueden reutilizar en envases y alternativas de bajo coste. Permitiendo transportar las tejas, el hormigón, la madera estructural, las cercas y las alfombras de una manera más sostenible.

Madera

Las escaleras, la madera, las puertas o los paneles se pueden utilizar para proyectos futuros. En el caso de que se dañen, se pueden triturar o quemar. Las piezas grandes se pueden reducir y volver a utilizar.

Además, los materiales no utilizados se pueden devolver, vender o donar a organizaciones benéficas y escuelas locales. Por ejemplo, los materiales podrían usarse en lecciones en el aula o para jardinería.

En conclusión, cada vez más empresas del sector tienen como objetivo establecer buenas prácticas en dirección hacia una construcción sostenible, como hemos visto en anteriores publicaciones. Para ello es esencial en primer lugar detectar en que puntos y partes de los procesos se generan residuos. Y en segundo lugar,  detectar las mejores opciones de reciclaje de materiales que menos interfieran con los procesos cotidianos.  En próximas publicaciones veremos el papel que juegan los operarios para asegurar el éxito de estas nuevas políticas.